Camino para el examen

Anteriormente.

Entramos al garaje del jardín. Vaya, era apenas la segunda vez que entraba en aquel lugar para coger un vehículo. El último lo había tomado para ir a Balamb, porque nos iban a dar una clase práctica, hace casi un año. Pero ahora íbamos a ir a un destino totalmente desconocido y...

- ¡Este automóvil si que mola!- susurré encantado, pasando una mano por el parachoque plateado del auto.

Era de un color negro con algunos agregados grises, y era bastante largo, con todo tipo de mecanismos para lo que los seeds necesitasen. Luego de admirarlo un poco, oí las palabras de Quistis.

- No está muy lejos. De camino os daré los detalles.
- Ah... pensé que ibamos a ir a otro continente- dije un poco menos emocionado.

Subí al vehículo en los asientos de atrás y me senté junto a Leon. Volví a colocarme los brazos detrás de la cabeza, crucé las piernas y sonreí con suficiencia. Era la hora.

La instructora Trepe montó en el vehículo justo detrás de nosotros. Leon y yo la observamos mientras se acomodaba y luego encendía un monitor a un costado del amplio interior. De inmediato apareció un detallado mapa virtual de la zona adyacente al jardín; mostraba la carretera hacia el pueblo de Balamb, la playa y sus alrededores. Me incliné hacia adelante para ver mejor lo que Quistis nos iba a explicar.

- Se ha detectado un peligro mayor justo aquí.- dijo ella- Vuestra prueba para convertiros en SeeD debería ser otra, pero, ya que se han dado estas circunstancias, deberéis atender este caso. En un futuro, si conseguís ser SeeDs, os enfrentaréis a cambios de opinión continuos. Tendréis que afrontar cualquier circunstancia.

Nos miró seriamente. Asentí brevemente para dar a entender que también me lo tomaba en serio, por si acaso dudaban de mi.

- Un espécimen se ha escapado de la zona de entrenamiento del Jardín. Y no es un espécimen cualquiera. Estaréis solos ante el peligro, chicos. Tendréis que luchar sin mi ayuda, me temo. Las normas son sencillas: derrotar al ser y trasladarlo hasta hábitat en el Jardín. Vosotros os encargaréis de la primera parte. ¿Alguna pregunta?-
- Simplemente es un monstruo asqueroso que se ha pasado de listo, ¿es todo?- me volví a recostar- No hay problema, ¿no Leon?- codeé a mi compañero y miré a nuestra instructora con seguridad.

La señorita Quistis se acomodó al subir al coche. Observé atentamente cómo encendía la brillosa pantalla y me quedé mirándola durante algunos segundos. La imagen mostraba un detallado mapa de los alrededores de la zona, incluso los puntos más importantes de la playa y los caminos tanto hacia la estación como a Balam.

Mis sentidos se depositaron en el corto discurso de la instructora, escuché cada palabra que dijo con mucha atención. Se trataba de una fuga del área de entrenamiento, aparentemente un espécimen no muy amigable. Definitivamente, por la no tan común seriedad de la señorita Trepe, se trataba de algo muy importante.

Me gustaba mucho la idea de que confíen casi a ciegas en nosotros, sabiendo que podíamos fallar si algo malo pasaba y sería una vergüenza para el Jardín. Pero, obviamente, el dúo no se dejaría vencer tan facilmente.

-Claro que no- respondí sonriente ante el comentario de Alex -Incluso deseará no haberse salido nunca de donde pertenece-

Solo faltaba ir hasta el destino. Las ansias de combate se hicieron notar en el brillo de mis ojos azules.

Quistis les sonrió levemente. El coche paró su marcha.

-Instructora, está a excasos metros. No me atrevo a acercarme más... -dijo el cochero.

-No hay problema. Nos bajamos aquí.

La instructora Trepe abrió la puerta del coche y bajó de él, seguida de sus alumnos.

-Qué extraño- pensé.

¿Ya habíamos llegado? El coche se frenó de repente y el conductor se explicó en breves palabras. Al parecer no le caía muy bien la idea de estar cerca del objetivo y tuvimos que bajarnos del coche. Caminé detrás de Quistis para empezar la batalla.

Rol siguiente.