Ficha de Cross Marian

Ficha de Cross Marian

Spoiler:

Datos generales:
Nombre: Cross Marian
Edad: 32
Sexo: Varón
Raza: Humano
Origen: Continente Mako
Facción: Ciudadano común
Clase: Tirador
Oficio: ---
Especialidad: Combatividad: El personaje hace daño a un enemigo sin usar un objeto, habilidad o un Límite. Aumenta un total de 1 dado de 6 caras cada vez que se inflija daño bajo estas condiciones.

Parámetros y Stats:
Nivel: 1
Experiencia: 26/100
Puntos de Habilidad: 1
Reputación: ---

VIT 270
PM 130
L 9/20
AF 25
AM 10
DF 27
DM 17
E 15
R 10
S 5

Equipo:
Mochila:
- Poción x2
- Cola de Fénix x2
- 210 Guiles

Arma(s):
Tipo de Arma: Pistola (Ranural) Añade +4 a la AF.
Nombre: Sentencia

Spoiler:

Accesorios (Bonus subido automáticamente a los parámetros) :
Máscara:
Extraña mascara blanca que Cross lleva cubriendole el lado derecho de su rostro. En ella se puede intuir la forma de una cruz carmesi.
Añade +2DF y +2DM


Habilidades:

->Balazo Común
- El tirador usa su arma de fuego para disparar al enemigo con un tiro potenciado con un leve poder mágico.
- Debe ser usada únicamente por aquellos tiradores que tengan un mínimo de nivel 1, y hayan aprendido la técnica disparadora. El gasto de PH para aprenderla será de un total de 5 puntos.
- Consume 20 PM.
- Aumenta 7 puntos al AF durante el ataque.

Límite:

Día del Juicio

Una bala disparada por Sentencia fija el objetivo. Ya no importará lo mucho que uno se esconda o intente huir, la bala le alcanzará irremediablemente en el punto exacto donde esté fijada.
Para medir el daño de el disparo se lanzarán 4 dados de 5 caras cada uno. El resultado se multiplicara por el AF actual del arma y ese será el AF del ataque. No hay opción alguna de escapar, la bala acertará en su objetivo.

ANTECEDENTES DE CROSS MARIAN

La noche hacia varias horas que había llegado, todo lo contrario que la lluvia que apenas acababa de empezar mostrando desde el principio toda su presencia. Las gotas heladas que caían te dejaban calado hasta los huesos. Pero todo eso no parecía importarles a los 2 hombres que allí había.

Ambos vestían con gabardinas negras, decoradas con relieves dorados. Esos ropajes les daban un aspecto de pesadez y de dureza, y precisamente esa era la idea.

Uno de ellos, el que tenía un aspecto más aterrador, estaba sentado en el suelo, apoyando con la mano izquierda su cabeza, protegida por un casco de aspecto casi diabólico, que solamente dejaba ver unos ojos blancos e inexpresivos. El aterrador sujeto dejo salir un suspiro que resonó por el interior de su casco.



- ¿Cuanto más vamos a tener que esperar? -dijo con una voz estridente y agresiva dirigida al segundo hombre-Hace tres horas que esperamos aquí sin ver nada-

El otro hombre de gabardina negra estaba situado bajo un árbol, lo cual le permitía no mojarse por la intensa lluvia. Saco una caja de cigarrillos y se coloco uno entre los labios para rápidamente encenderlo con una cerilla. Tras darle una calada y dejar salir el humo por la nariz sonrió.



-La paciencia es una virtud de la que careces-dijo el pelirrojo-Además, eres un exagerado, solo llevamos dos horas y media. Exagerado e impaciente, eres una joya- Cualquier otra persona criticando al grandullón ya habría perdido su cabeza al decir eso, pero el era seguramente la única persona del mundo que podía hacerlo sin ver peligrar su integridad física.
-JAJAJAJAJAJAJA-La risa del grandullón daba miedo para cualquiera que la escuchase- Pues da gracias que este exagerado e impaciente hombre este siempre ahí para salvar tu roja cabeza…imbécil-replico el.

El pelirrojo sonrió, cierto que era gracias a Sokaro, que así se llamaba el grandullón, que el seguía vivo.

Flashback:

Al pelirrojo no le daba tiempos seguir recordando viejos tiempos, algo se movía hacia ellos, algo bastante más grande que los monstruos habituales del lugar.-Recuérdamelo, Cross- dijo Sokaro mientras se ponía de pie- ¿Qué demonios era lo que teníamos que liquidar?-

El pelirrojo mentalmente repaso os detalles de la misión: Un rico empresario había montado una pequeña cacería por sus terrenos, una cacería para que el y sus ricos amigos se divirtieran cazando especies poco comunes. Uno de los animales a cazar se había escapado y ahora les tocaba a el y Sokaro atraparlo antes de que alguien lo viese y pudiese relacionarlo con el empresario. El animal en cuestión era...-Una cría de begimo…bastante desarrollada-respondió finalmente y suspiro-Dime..¿Por que estoy haciendo esto…?-

-Porque te salve el culo, por eso-respondió el grandullón con evidente tono de mofa-y por 300.000 guiles para cada uno-puntualizo-Ahí viene, atento-

Como supusieron Cross y Sokaro, la cría de begimo había decidido hacer del lugar su nido y solo era cuestión de paciencia que volviera. Nada más ver que unos intrusos habían entrado en su territorio, se abalanzo sobre el que parecía más débil: Cross. Reaccionando todo lo rápido que pudo, saltando por encima de la cabeza del monstruo mientras le disparaba 3 veces certeramente en la nuca.

-Hey, hey, hey -replico para si mismo-Este bicho tiene la piel demasiado gruesa para ser una cría, las balas apenas lo han herido-

Intrigado, Sokaro saco a relucir su enorme arma dentada, cuyas hojas empezaron a desplazarse por el eje del arma de un modo similar a como lo hace una sierra eléctrica. Blandió la enorme arma para llamar la atención del begimo que lo ataco con sus poderosas patas. Sokaro tenia intención e anclarse en el suelo con el arma para resistir el golpe y acabar con el animal de un tajo certero en la frente, pero fue sorprendido por un golpe de una fuerza descomunal, no propia de una cria de begimo. El grandullón recupero el equilibrio tras el golpe y logro caer bien en el suelo para a continuación decirle a Cross que estaba a espaldas del animal- ¡No es una cria muy desarrollada! ¡Es un adulto que no ha crecido lo bastante, pero si su piel y sus musculos! -

Lejos de atemorizarse por eso, Sokaro salto por encima del animal. Dirigiendo su arma directamente a la nunca, en el punto exacto donde Cross le había disparado previamente.



El tajo fue tremendo, la sangre formo una línea a izquierda y derecha del cuello del monstruo, las hojas dentadas del arma de Sokaro habían hecho su trabajo con precisión quirúrgica. Al igual que el cuerno del begimo, que había perforado el estomago del grandullón en el ultimo segundo.


-600.000 guiles para ti solo entonces, ¿eh? -dijo Sokaro escupiendo sangre. Se saco el casco como pudo, dada las escasas fuerzas que le quedaban, y sonrió. La mezcla de sangre en su boca con su sonrisa macabra resultaba aterradora.

-Dudo que ese tipo nos fuera a pagar, se hubiese sacado cualquier excusa de debajo de la manga, los ricos y poderosos son así… -dijo todo eso con una frialdad que hubiese dejado helado a su yo de 10 años atrás.

-Vas a rezar por mi alma, sacerdote pelirrojo-dijo en tono burlesco el malherido Sokaro

-Hace mucho que deje de creer que una fuerza superior cuida de nosotros, desde que me contaste lo que les hiciste a esos delincuentes que deje de creer-respondió-Si de verdad hubiera una fuerza superior no permitiría que ocurriesen cosas así-

-Está bien oír eso… -volvió a escupir sangre-Oye, nene…soy un tipo resistente, aun con esta herida tardare varias horas en morir…quieres... quieres devolverme el favor que te hice? –

-Encantado-respondió, sabiendo a que se refería. Preparo su arma, apunto justo a la cabeza de su compañero y dijo-Descansa en paz, amigo mío-



Un trueno resonó en el lugar, a pesar de no haber caído ningún relámpago desde hacía rato.

Cross se marcho de allí, no solamente dejando atrás el cuerpo sin vida de Sokaro, sino también dejando atrás su vida al lado de el. Era el momento de hacer su propia vida.