Infiltrados por una noche.

por **Naosuke** Jue Oct 21, 2010 9:22 pm

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Alice descolgó de su espalda un arma que llevaba, una especie de rifle, quizás una escopeta. La dejó sobre una mesa y se tiró en plancha a la cama. Estaba tan cansada que olvidó guardar su arma. Así, Naosuke también se descolgó sus armas; éste no se olvidaría de guardarlas. Viendo que Alice no iba a levantarse otra vez, el ninja le ofreció:

-¿Guardo esto con todo lo mío?

-Sí, anda, y ya que estás guarda también esto. - respondió, desenganchando de su cintura dos dagas en forma de tridente.

Naosuke guardó todas las armas en el armario, cerró las ventanas y se tiró, de la misma manera que Alice, a la cama.

por **Alice** Jue Oct 21, 2010 9:32 pm

Necesitaba descansar, dormir, y le agradeció a Naosuke que se ofreciera a guardar sus armas. No se lo pensó dos veces y tal como estaba acostada, empezó a quitarse la pseudofalda que levaba y la camisa que le empezaban a molestar, quedándose en ropa interior. A su lado, Naosuke se quedó petrificado

-No es por nada en especial, hoy pienso dormir cual lirón-Le añadió con un tono muy natural mientras abría la cama y se metía entre las sábanas

por **Naosuke** Jue Oct 21, 2010 9:44 pm

Entonces ella comenzó a quitarse sus ropas, y terminó quedándose en ropa interior. Naosuke quedó un tanto impresionado, pues jamás había visto a una mujer en esa situación: desde pequeño había sido exclusivamente un aprendiz de ninja, y su vida social se veía limitada a pasar desapercibido entre la gente. Jamás había cruzado tantas palabras con otra persona que no fuera su maestro, y mucho menos hubiera imaginado que una mujer quedase semidesnuda ante él, sólo por pura comodidad:

-No es por nada en especial, hoy pienso dormir cual lirón. - aclaró entonces Alice, con un tono despreocupado.

Se dispuso a taparse con las sábanas, y mientras tanto, Naosuke observaba con curiosidad las curvas que se definían bajo el fino tejido blanco. Él no se deshizo de ninguna prenda, la comodidad no era algo a lo que estaba acostumbrado. La única incomodidad que no podía aguantar era la presión que sentía en su mente de verla acostada, sólo tapada por su ropa interior, y ese silencio que reinaba en el ambiente, que a él le resultaba violento. Para romper la tensión, Naosuke preguntó:

-¿De dónde vienes?

por **Alice** Vie Oct 22, 2010 2:08 pm

-Para hacer honor a la verdad, no vengo de ningún sitio. Mi madre era bailarina y siempre me llevaba de un lugar a otro, por lo que no se puede decir que tenga un hogar.-le respondió con aire sereno. Se acerco a él y se sentó con las piernas cruzadas, manteniendo siempre un espacio. Se tapó entonces con la sábana al notar cierta tensión y nerviosismo en Naosuke. Interiormente, sonrió divertida por este detalle.

-Por cierto. ¿Vas a dormir así? es decir, ¿con la capucha? -le preguntó con tono divertido, a la vez que curioso. Por un segundo, se imaginó cuál sería la situación si él decidiera hacer lo mismo que había echo ella y se quedasen los dos desnudos. La expresión se le tornó pensativa por un segundo y enarcó una ceja, obligándose a pensar en otra cosa. Ella lo había hecho por comodidad, tan sólo por comodidad...- ¿Debería advertirte de que lo poco que puedo entrever de tus mejillas, está colorado?¿O prefieras que haga como que no me he dado cuenta?.-Acto seguido, se echó a reír- Es broma...¿sabes? podrías dejarme al menos que te viera la cara.

por **Naosuke** Vie Oct 22, 2010 2:37 pm

-Te dije en su momento que no tuvieras esperanzas de verme sin mi Furui Sheru puesta, no insistas. Con respecto a lo otro... - desvió un momento la mirada - siendo sinceros voy a decirte que no estoy acostumbrado a tratar con mujeres, y mucho menos a verlas en esta situación. No estoy acostumbrado ni siquiera al trato con la gente. - volvió a fijar su vista en la mirada de Alice - ¿Comprendes ahora mi situación?

Entonces, comenzaron a surgir preguntas en su cabeza, y la primera que afloró fue:

-¿Y a qué viene que tú lleves armas?

por **Npc** Vie Oct 22, 2010 3:25 pm

Mientras Alice y Naosuke seguían hablando, un fuerte ruido los sacó de su tema de conversación. Al parecer abajo, en el gran salón del hotel se escuchaban disparos, gritos y el crujir de la madera de las mesas o el estridente sonido de cientos de vajillas rompiéndose en mil pedazos.

Hasta un tonto se daría cuenta de que abajo estaba ocurriendo algo...

por **Alice** Sáb Oct 23, 2010 10:39 am

Justo cuando la albhed iba a responder, un enorme jaleo rompió la tranquilidad de la habitación, lo que le hizo volver la cabeza hacia la puerta y saltar de la tensión. Disparos, gritos y el crujir de la madera de las mesas o el estridente sonido de cientos de vajillas rompiéndose en mil pedazos provenientes del gran salón llenaban la habitación mientras Alice volvía a vestirse con la rapidez de la luz. Naosuke hizo lo propio y cogió sus armas del armario, lanzándole a la joven las tridirks, las cuales cogió al vuelo y colocó en su cinturón. Se quedó petrificada por un segundo intenso en el que miró a Naosuke a los ojos con gesto preocupado y algo frustrado.

-Vamos a bajar al salón a ver qué ocurre, no podemos quedarnos aquí si no sé que es completamente seguro.

-¿Desde cuándo haces tú los planes? Si nos ven armados hasta los dientes no es que vayamos a pasar precisamente desapercibidos y podríamos perder la oportunidad de dormir bajo techo.

Entonces la joven dejó sus tridirks en el armario de nuevo y comprobó que llevaba la daga de repuesto en la bota. Se ajustó la pseudo falda para que le cayera hasta los tobillos como si fuera una falda larga y se subió las mangas, de manera que su ropa pareció completamente diferente, como más elegante, de echo la había transformado en un vestido.

-Lo que había abajo era un concierto de piano organizado para gente distinguida. ¿Qué va a hacer el señor enmascarado ahora?-Le dirigió una sonrisa burlona mientras se recogía el pelo en un moño y sacaba unas gafas de su bolsa, dando a entender que ella ya estaba lista para investigar y fundirse con los demás invitados que ahora mismo, corrían de un lado a otro a juzgar por la estampida que se escuchaba.

por **Naosuke** Sáb Oct 23, 2010 12:22 pm

Alice lucía un rostro plenamente satisfecho ante la idea de que Naosuke se vería obligado a deshacerse de esos pañuelos, y por fin conocería su rostro. Naosuke, en cambio, quedó petrificado ante la idea, y pensó en otras formas de pasar desapercibido. Entonces recordó que era de noche, y podría camuflarse fácilmente en la oscuridad. Se le ocurrió una idea brillante:

-No cantes victoria, tengo otro modo de bajar sin ser visto. - Alice fijó en Naosuke una mirada llena de rabia - Sólo tengo que verlo todo desde el exterior. Me moveré por fuera del edificio y veré todo desde fuera, por la ventana. Al fin y al cabo, si hubiera que intervenir, seríamos descubiertos igualmente. Entonces, ¿para qué entrar y quedarse ahí en medio?

Saltó por la ventana, y agarrándose a los barrotes y alféizares de las ventanas del hotel, finalmente llegó a una de las ventanas de la sala de donde provenían los estruendosos ruidos. Para entonces, Alice ya estaba bajando por el ascensor. Con su vestido, pasaría completamente desapercibida.

por **Alice** Sáb Oct 23, 2010 2:47 pm

El ascensor iba tan lento que se le hizo eterna tanto la la bajada, como el incómodo silencio que reinaba entre ella y una anciana que apoyada en su bastón, hacía muecas para pasarse la lengua por dentro de los labios de forma pastosa.

-Señora, no debería bajar al salón, creo que se ha formado una pelea y no le conviene ponerse en peligro.-Le recomendó con voz dulce a la anciana.

-Yo voy a donde quiero jovenzuela, ¿Quién te has creído que eres?¡No sabes con quién estás hablando!-respondió violentamente la mujer a lo que Alice entornó los ojos dirigiéndole una mirada amenazadora- No tienes vergüenza niña, ¡A mí no me mires con ésa irrespetuosidad! ¡Estos pobres se creen que poniéndose ropas bonitas ya son de los nuestros!

Y la vieja siguió quejándose mientras Alice salía del ascensor en la planta baja dirigiéndole una mirada de desprecio.

-Ojalá te atraviese un plato roto la cabeza, cerda burguesa.

Atravesó la sala principal y vió un caos de gente que parecía provenir del gran salón como había intuido en un principio, gente vestida elegantemente ¿mojada? con expresiones de pánico en los rostros y algunas lágrimas femeninas acompañadas de gritos. ¿Qué cojones daba tanto miedo?
Se acercó a las puertas de la enorme estancia que permanecían casi cerradas y la traspasó con cautela, sin dejarse ver pero dejando de nuevo las puertas como habían estado. Dentro de la inmensa habitación, las alarmas antifuego estaban activadas y del techo caía el agua como si fuera una lluvia de abril, que mojó por completo a Alice. Tan sólo quedaban dos hombres peleando ferozmente entre sí.

La joven fijó la vista en una de las ventanas del fondo, en cuyo alféizar, pudo vislumbrar la figura de una sombra que contemplaba la escena con serenidad. Se apartó el pelo mojado del rostro y observó fascinada la magnífica técnica combativa de aquellos hombres, que lucharon como absolutos iguales, adquiriendo la lucha un tinte artístico. De pronto, las puertas del local se abrieron de par en par.

Diez soldados de Galbadia entraron armados por la puerta, y uno de ellos, alto y con aspecto feroz pero tranquilo alzó la voz para que los dos hombres lo escucharan.

-¡Ejército de Galbadia! Están obligados a tirar sus armas. ¡Repito! ¡Tiren las armas!

-"¡ZUTAN! (¡JODER!)"-pensó la albhed-"¡acduo zutety, acduo zutety! (¡estoy jodida, estoy jodida!)".

Los soldados bloquearon la puerta y Alice se quedó petrificada, sin saber qué hacer. Con el mayor disimulo posible hizo una señal a Naosuke con la esperanza de que viera la peliaguda situación en la que se encontraba, lo único que éste hizo fue desaparecer de la ventana. Entornó los ojos y observó a su alrededor.
Vió una puerta a un par de mesas de ella, en una pared del lado este y una gota de sudor frío le recorrió la sien. ¿La verían salir? Solía ser tan sigilosa que normalmente habría confiado en que no. Pero ésta situación no tenía nada de normal.

Decidió llegar a la puerta y se arrastró con la mayor velocidad que le permitió el silencio y con el corazón a mil descubrió que aún nadie había advertido su presencia. Mientras Los hombres conversaban entre sí y con los soldados, uno de ellos alzó el revolver hacia el techo y le propinó un disparo a la enorme araña, apagando la luz y formando el caos para escapar. Perfecto.

En ese mismo instante Alice ve de refilón cómo la puerta se abre de repente y justo antes de girarse, unas manos fuertes la agarran de la cintura, conforme ella estaba agazapada en el suelo, temblando por el helor que empezaba a sentir y que hacía que se le erizara la piel.Se le encogió el corazón.

- Bu

por **Naosuke** Sáb Oct 23, 2010 3:31 pm

Posado en el alféizar de la ventana del fondo de la sala, Naosuke observó cómo la gente huía invadida por el miedo. Alguien había activado la alarma de incendios y los dispersores de agua del techo estaban activos. Los cristales se mojaban por dentro, pero a través de ellos se alcanzaba a ver la silueta de dos hombres luchando a espadazos. El ninja, curioso, entreabrió la ventana para ver claramente qué estaba pasando.

Mientras los dos rivales arreglaban sus asuntos y la gente evacuaba el hotel, alguien observaba el combate de cerca, y obviamente estaba mojado. De repente, irrumpió un grupo de hombres en el hotel, y ese alguien pareció asustado por la interrupción. Supo por el vestido que era Alice, que le hacía disimuladas señas desde lejos, y Naosuke se apartó de la ventana para no ser visto.

Se movió a una ventana lateral de la sala. De repente, la luz se apagó, no supo por qué, aunque pudo observar una silueta que se dirigía rápidamente a la puerta lateral que daba a la parte del edificio donde él se situaba. Supuso que era Alice, así que se adelantó a sus movimientos. Efectivamente, fue ella quien abrió la puerta. Naosuke la cogió por la cintura.

-Bu. - y la joven, que había quedado empapada, pegó un bote del susto, y respondió con un puñetazo. Por suerte para Naosuke, acertó en la coraza.

-¡Au! ¡¿Cómo me das esos sustos?! No me habría sentado nada mal acertar con mis nudillos en tu nariz. - exclamó, tranquilizada de saber que era Naosuke, aunque enfadada. Él no pudo evitar reírse. - ¿Has llegado a ver lo que había ahí dentro?

-Sí, una pelea de gallitos con espaditas. Si te soy sincero, no sé por qué nos hemos esforzado en bajar aquí. Venga, vamos otra vez a la habitación, que es tarde y tengo sueño. - propuesta a la que Alice no encontraría ningún inconveniente, y accedería.

Repitiendo el movimiento de saltos por los bordes de la fachada del hotel, Naosuke y Alice volvieron a la habitación por la misma ventana de siempre. Él se tumbó en la cama tranquilamente, mientras que Alice se sentó en un sillón que había ahí, y apoyó sus piernas, aún mojadas, sobre la cama. Sintiendo la intranquilidad del ambiente, el enmascarado aclaró lo obviable:

-Pura casualidad. - y la habitación se silenció durante unos minutos.

Alice, aún sentada, irrumpió en la calma del ambiente:

-¿Por qué estás aquí?

A Naosuke dejó de importarle desde aquel momento tanto secretismo, y tanto "no contar nada a nadie", y habló:

-Mi maestro de toda la vida, el que me hizo ser lo que soy, murió, y alguien quiso que pareciese un suicidio. - Alice pareció interesarse de repente por lo que él le contaba. - Alguien mató a Sensei, y para ejercer mi venganza sobre esa persona, he dejado mi pacífica vida atrás, y me he embarcado en esta locura. Ni siquiera sé cómo voy a encontrar pruebas, ni siquiera puedo saber quién pudo matarlo. Sensei nunca contaba nada a nadie, y supuestamente, yo tampoco lo hacía. - calló durante unos instantes, apoyó su cabeza sobre la almohada y concluyó - En las calles comerciales hay mucha gente que conocía a Sensei. Interrogaré a los que me resulten sospechosos. Empezaré mañana por la mañana, bien temprano.

por **Alice** Sáb Oct 23, 2010 7:17 pm

-¿Por qué estás aquí? -le preguntó Alice mientras entraba al baño a coger una toalla para secarse. Esta vez, tuvo que volver a desnudarse, pero para no pillar un resfriado. Mientras, Naosuke estaba en silencio, tal vez deliberando si contarle la historia o no a la chica. Ella volvió a meterse en la cama en ropa interior y se tapó bien, ya que empezaba a notar que el helor de la ropa mojada no se le iba. Apoyó la espalda en la cabecera de la cama y se cubrió hasta los hombros con la sábana, ajustándola a su cuerpo para que no se escarapa el calor. Como hacía su madre cuando era una niña...Naosuke se decidió a hablar, al fin.

-Mi maestro de toda la vida, el que me hizo ser lo que soy, murió, y alguien quiso que pareciese un suicidio. - la albhed se incorporó mejor y pasó sus brazos por sus rodillas, con expresión interesada.Se frotó las manos ya que las tenía completamente heladas.- Alguien mató a Sensei, y para ejercer mi venganza sobre esa persona, he dejado mi pacífica vida atrás, y me he embarcado en esta locura.-Se dió la vuelta para mirar a Alice a los ojos mientras proseguía contando la historia, ya que hasta ahora, había permanecido distante, mirando hacia la ventana.-Ni siquiera sé cómo voy a encontrar pruebas, ni siquiera puedo saber quién pudo matarlo. Sensei nunca contaba nada a nadie, y supuestamente, yo tampoco lo hacía. - calló durante unos instantes en los que a la joven le pareció que la temperatura había bajado aún más. Intentó olvidarse del frío y asintió, comprendiendo su situación. Entonces suspiró y apoyó la cabeza en la almohada, acercándose a Alice, pero con la mirada perdida ahora en el techo.-En las calles comerciales hay mucha gente que conocía a Sensei. Interrogaré a los que me resulten sospechosos. Empezaré mañana por la mañana, bien temprano.

-Entiendo-le contestó asintiendo con la cabeza, la cual empezaba a dolerle. ¿Cómo podía tener tanto frío? Miró hacia la ventana y vió que estaba entreabierta, comenzó a temblar pero siguió hablando-imagino que no debe de haberte sido fácil contarme esto. Por ello, me gustaría ayudarte a encontrar al asesino de tu sensei, si consideras que no seré una molestia en tu camino-dijo esto con tono burlesco, ya que Naosuke tenía pinta de ser el típico lobo solitario que no tiene la necesidad de tratar con nadie. Le miró con franqueza y le dijo:

-Yo también sé qué se siente al perder a un ser querido, aunque mi caso es algo especial-Se echó el aliento en las manos, preocupada porque empezaba a no sentirlas.

por **Naosuke** Sáb Oct 23, 2010 7:45 pm

En su gesto, las manos de Alice parecían entumecidas del frío, los labios cortados y morados, y en general un poco temblorosa del frío. Al respecto, Naosuke hizo el amago de enchufar la calefacción, pero sólo el amago: se necesitaba la llave de la habitación para permitir el paso de la corriente eléctrica. Aquello no le frustraría, pues fue directo al interruptor de la llave, hincó las uñas en el borde y tiró bruscamente, arrancándolo. Ahora, simplemente tendría que subir la palanquita que daría luz a la habitación, y encendería la calefacción de la habitación. Entonces, se sentó en la cama y, sin pensarlo demasiado, preguntó:

-¿Qué quieres decir con que en tu caso fue especial? - esperó respuesta durante unos segundos, pero pronto se percató de que posiblemente no era adecuado preguntar aquello en aquel preciso instante. - No estás obligada a responder, admito que mis preguntas a veces pueden resultar un poco incómodas y entrometidas.

por **Alice** Sáb Oct 23, 2010 8:58 pm

Le agradeció que hubiera encendido la calefacción enormemente con una sonrisa y esperó paciente a entrar en calor.

-No son más incómodas que las mías.-dijo, teniendo en cuenta que en lo poco que lo conocía, ya le había puesto en tesituras delicadas en más de una ocasión y rió levemente, notando poco a poco como el calor volvía a su cuerpo. Más relajada ahora, añadió-Supongo que te la debo, por haber preguntado yo antes, pero has de saber que no es de mi agrado hablar de ello. Siempre he tenido mala suerte con las personas y desde hace mucho ya no quiero tenerla, simplemente. Muchos de los pocos amigos que he tenido a lo largo de mi vida, han desaparecido de ella sin volver a verlos de nuevo. Con respecto a lo de que comprendo lo de tu pérdida, mi madre murió cuando yo tenía 14 años, así que...Con respecto a mi origen, sí que puedo decirte que soy una albhed

Tragó saliva un segundo y miró hacia otro lado, de pronto no sabía si se sentía cómoda contándole esto. Un nudo en su estómago le recordó que coger confianza con la gente no era a menudo lo más productivo.

-Entonces, tu eres un pequeño saltamontes ¿no?- Le dijo sonriendo, para quitarle hierro al asunto - ¿Sabes? ni siquiera sé cuántos años tienes.

por **Naosuke** Sáb Oct 23, 2010 9:29 pm

-Si realmente te interesa... Tengo 28 años, y sí, todos ellos los he dedicado al Ninjutsu, desde bien pequeño. - Alice se sentó de piernas cruzadas, apoyando los codos sobre ellas y su barbilla sobre sus nudillos, mirando fijamente a Naosuke, denotando interés por lo que le contaba. - Nací hijo de nadie, y un señor llamado Masaaki Hatsumi me acogió. Fue lo más parecido a un padre, o a un amigo, que jamás había tenido. En realidad nunca actuó como un padre, sólo como un maestro. Hasta la edad de los 10 años estuvo enseñándome lo básico para desenvolverse normalmente: cosas como matemáticas básicas, lenguaje local, japonés e inglés, nociones sobre la naturaleza... Total, que el día que cumplí 10 años recibí mi único regalo de cumpleaños: un bokken. Es como una katana, pero de madera, para practicar el uso de armas blancas. Ese mismo día ya estaba practicando con sacos de harina. Me enseñó los fundamentos básicos de combate, como el uso de diferentes armas, bloqueos, técnicas de evasión. Cuando fui perfeccionando mis técnicas, profundizó en las técnicas de ocultación, el uso de las sombras y las formas, la forma de pasar lo más desapercibido posible en cualquier situación, cómo desaparecer de los ojos del enemigo en combate. En general, me enseñó todo lo que sabía de Ninjutsu. Más o menos a la edad de 25 años, Sensei me retó a un combate de desarme, y resultó empate. Así, y a partir de entonces, me enfrentaría a él con armas de madera a modo de entrenamiento, hasta el día en que murió. - y cuando Naosuke por fin cerró ese capítulo con aquel desenlace, Alice quedó anonadada con tanta historia. Tras unos segundos de silencio, añadió: - Tienes suerte de que me haya ido de la lengua, eres la única que sabe casi todo de mí. Procura no decir ni una palabra de esto a nadie. - volvió a callar, y de repente se acordó de que ella también llevaba sus armas encima: - Oye, ¿y tú por qué tienes esas armas? ¿Dónde has aprendido a usarlas, y cómo y para qué pretendes usarlas? Exijo igualdad, tú lo sabes todo de mí, yo lo sé todo de mí. Venga, desembucha. - preguntó, curioso y con tono de graciosillo, a modo de broma aunque con intención seria.

por **Alice** Sáb Oct 23, 2010 9:51 pm

Se rió con sonoras carcajadas al oír el tono "graciosillo" de Naosuke. Le pareció bastante forzado. Será que los ninjas no tienen costumbre de gastar bromas pero agradeció el esfuerzo por parecer algo más natural por su parte.

-bueno, he de confesar que no tienen un origen del todo honrado, ten en cuenta que a partir de una muy corta edad tuve que ganarme el pan yo sola y caí finalmente en el oficio de pícara...un oficio que mi madre me enseñó desde pequeña. Todo lo que sé lo he aprendido de ella, de la experiencia; las pocas nociones combativas que tengo, la agilidad, la velocidad...todo es producto de años de práctica.- y añadió casi como si le diera vergüenza.-dentro de dos días cumplo veinte años, si realmente te interesa - imitó su ligero acento japonés y sonrió. No sabía si era por el calorcito que ya había conseguido mantener en el cuerpo o por el intento del ninja de ser más...simpático, pero la albhed se sintió al fin completamente cómoda y se permitió el lujo de apartar un poco la sábana; aunque llevaba el sujetador, se tapó igualmente del pecho hacia abajo.-Mi propósito al llevarlas no es otro que defenderme y aprender a usarlas lo mejor posible hasta que...hasta...

por **Naosuke** Sáb Oct 23, 2010 10:20 pm

-O sea, que aprendiste tú solita. - interrumpió Naosuke, con ánimo de no incomodar a la joven. - Salió autodidacta la niña con las dagas y la escopeta, que por cierto es bastante extraña. ¿Es realmente una escopeta, o qué es? Tus armas no se consiguen de cualquier persona. Sólo por curiosidad, ¿de quiénes eran antes esas armas?

por **Alice** Sáb Oct 23, 2010 10:26 pm

-Si te lo dijera, tendría que matarte- le respondió enarcando una ceja.-con que sepas que no soy una aficionada, precisamente, te vale, mi pequeño saltamontes. Lo demás en el siguiente fascículo -se carcajeó y cayó hacia atrás, dando con la cabeza en la almohada. Hacía tanto tiempo que no se reía a carcajadas que le dolió la mandíbula enseguida y tuvo que parar con un efusivo.- Ay, madre mía.

por **Naosuke** Sáb Oct 23, 2010 10:59 pm

-Vaya, en ese caso será mejor que me ande con cuidado. Mis armas corren el riesgo de ser robadas. - dijo Naosuke, en tono irónico y bromista, que ya parecía menos forzado. - Es broma, creo que eres el único caso en el que más confianza he depositado, exceptuando a mi maestro. - ambos se miraron y sonrieron. - Al menos contéstame a la otra pregunta que te he hecho, ese rifle tuyo, o escopeta, o lo que sea me resulta bastante curioso.

por **Alice** Dom Oct 24, 2010 8:17 am

-Pues...está bien.- se levantó y fue al armario a por Justice, la cogió con cuidado y la puso en manos de Naosuke, quien pareció captar cómo miraba el arma y la tomó con sumo cuidado..- en apariencia es una escopeta normal, pero tiene ciertos mecanismos que la pueden hacer convertirse en mucho más....- La joven accionó un par de botones situados en el cuerpo del arma, el cual estaba decorado con dibujos tribales y la escopeta empezó a mutar, tranformándose poco a poco en una gatling de mayor tamaño incluso de lo que era la escopeta.- Es mi favorita, la gané en una apuesta a un mago bastante fanfarrón. En teoría es un báculo, pero tengo que aprender a usarla mejor, ya que por ahora sólo conozco estas dos funciones. Justice me ha sacado de más de un aprieto y tengo grandes planes para ella.- La cogió y la volvió a guardar en el armario.- Tranquilo, por ahora no tengo interés en robarte nada. Pero no me tientes porque tus espadas son la mar de bonitas. Fue hacia el baño y cogió su ropa, húmeda y fría aún y la colgó en el sillón, cerca del calefactor, para que estuviera seca por la mañana. Añadió entonces con un tono irónico- me gustaría aprender Ninjutsu, ¿Me puedes decir dónde puedo encontrar un profesor con las suficientes capacidades?

por **Naosuke** Dom Oct 24, 2010 9:50 am

-Me gustaría aprender Ninjutsu, ¿me puedes decir dónde puedo encontrar un profesor con las suficientes capacidades? - dijo Alice, haciéndose un poco la tonta. Sabía que Naosuke se ofrecería.

-En fin, si quieres aprender, yo podría enseñarte lo que sé. Pero, ¿para qué quieres aprender? - preguntó Naosuke, para tener en cuenta sus intenciones.

por **Alice** Dom Oct 24, 2010 9:58 am

-Es algo complicado, pero todo lo que aspirado en la vida ha sido a ser una profesional del arte de robar por cuestiones prácticas. No solo soy carterista, ya he dado un par de golpes en algunos bancos importantes, pero me gustaría ser algo más, ¿entiendes? Una buena guerrera. Además, en mi profesión me sobran los enemigos. Como puedes imaginar.- Esta era más o menos la verdad, pero en su corazón se anidaba una turbación más, una buena razón para ser una maestra en el combate, para ser una asesina eficaz...

por **Naosuke** Dom Oct 24, 2010 10:16 am

-En fin, tú me rascas la espalda, yo te rasco la tuya. Es lo que puedo ofrecerte a cambio: tú me ayudas con mi asunto, yo te enseño Ninjutsu. Mañana por la mañana me ayudas a hacer encerronas a un par de personas que pueden estar implicadas en la muerte de Sensei, y por la tarde tendrás tu primera lección de Ninjutsu. Tendré que limpiarle el polvo a los bokken. - ambos sonrieron, convencidos con la idea. Naosuke miró un reloj que había en la habitación. - Sugoi! Son las tres de la madrugada, el tiempo no corre, vuela. Vamos a aprovecharlo durante un rato, anda. Buenas noches. - y sin taparse ni nada, cerró los ojos, subió el pañuelo de su Furui Sheru a la altura de sus ojos y se echó a dormir.

por **Alice** Dom Oct 24, 2010 11:04 am

Naosuke se tapó los ojos y se colocó en una posición algo rígida, pero serena, desde la cual Alice pudo al fin contemplar de cerca al joven.
Se acurrucó en posición fetal, abrazando la almohada y se paró a contemplarlo. Lo poco que no cubría aquel oscuro traje eran sus brazos, fornidos, que mostraban una piel algo tostada; razón por la cual, sumado a que sus ojos no mostraban rasgos asiáticos, comprendió que fue abandonado por una familia occidental. Era una tontería fijarse en todo aquello teniendo que dormir, pero le era imposible alejar la curiosidad, como siempre le había caracterizado.
Llevaba una coraza sobre el pecho, por lo que no pudo definir su forma pero el traje sí se ajustaba a sus piernas, fuertes también, trabajadas con años de artes marciales. Volvió a subir por su anatomía y se dió cuenta de que su temperatura corporal estaba aumentando, lo que añadido a que no habían apagado el calefactor, le estaba abriendo las puertas a un nuevo inconveniente. quiso darse la vuelta pero fijo su mirada en su rostro, perfectamente definido de perfil con la luz que se colaba por la gran ventana.
Suspiró y se mordió el labio inferior, ¿Podría quitarle la Furui Sheru, como él llamaba, sin despertarle?

-"Ni de coña. Se despertará".- Pensó. Estuvo así durante unos segundos, completamente inmóvil, luchando internamente con el deseo de quitarle el puto pañuelo y verle el rostro que hasta ahora sólo podía intuir. ¡Lo había conocido hoy! Tan sólo unas horas, y no quería cagarla ya que sabía que si intentaba quitárselo, se enfadaría sobremanera. La intriga le podía cada vez más y estuvo apunto de ganarle la batalla cuando se dió cuenta de pronto que, inconscientemente, se había acercado más a él. Esto era inaceptable, no podía estar pasándole esto. ¿Por qué no podía simplemente pasar de ello y dormir plácidamente? como hacía él, a juzgar por su respiración, acompasada, en armonía con los latidos de su corazón...No podía oír nada más que eso y una voz interior que le gritaba desesperadamente por saltar encima del ninja y poder ver algo más que aquellos ojos verdes...

-"Ya me he hartado"..- Se levantó con sumo cuidado y se acerco al armario, lo abrió y cogió una de sus tridirks. Se volvió a acostar sin ser capaz de taparse de nuevo e interpuso la tridirk entre los dos, obligándola a dormir de espaldas a él y a una distancia considerable so pena de herirse ella misma si se daba la vuelta para volver a mirarle. Dió gracias por que la cama fuera grande, suspiró, cerró los ojos y se concentró tan sólo en dormir.

por **Naosuke** Dom Oct 24, 2010 1:33 pm

No sabía qué hora sería, pero el sol ya atravesaba la tela negra que tapaba sus ojos, y despertó.

-Buenos días, ¿estás despierta? - su voz aún se notaba perezosa.

-No lo estaba hasta que has abierto la boca. - respondió en tono borde y acusador, aunque no enfadado - Buenos días.

Alice apartó las sábanas, y fue directa a por la ropa, que ya debía de haberse secado. Tras comprobarlo, se las puso rápidamente, y volvió a tornar la pseudofalda a la forma normal. Ya estaba preparada para salir. Naosuke, sin más complicación, se levantó preparado.

-Me rugen violentamente las tripas, ¿vamos a desayunar algo?

Entonces Naosuke recordó la confitería en la que se detuvo antes de llegar al hotel. Fue una gran ocurrencia.

-Por supuesto, y yo sé dónde.

Cogió rápidamente las armas de Alice, se las lanzó y las cogió al vuelo. Se colgó a Justice en la espalda, siempre en su funda rígida adaptada a la extraña forma del rifle, y enganchó en su cinturón las Tridirks. Naosuke cogió las Surodoi Tsume, se las enganchó a los lados de la cintura y se colgó la gran guadaña de su maestro, Kewashii Kama.

Miró el reloj para asegurarse de que estaría abierta. Justo a tiempo, eran las ocho y media de la mañana. Así, los dos se apresuraron en salir por la ventana y saltar entre las paredes del callejón por el que saltaron, y Naosuke se adelantó con paso acelerado por las vías principales.

Al fin llegaron, y antes de entrar, Naosuke se detuvo a contar el dinero. Para su sorpresa, Alice le ahorró el esfuerzo:

-Hoy invito yo. - dijo mientras le dedicaba media sonrisa.

-Gracias, - dijo, con una sonrisa que su capucha ocultaba. - a la próxima me toca a mí.

Entraron, y una señora enorme, tan alta como ancha, les atendió.

-¡Tan temprano y ya tenemos clientela! - exclamó con un acento vasto, lejos de ser refinado - ¿Qué van a querer los señoritos?

-Bien... póngame dos de esos - dijo, señalando unos bollos cubiertos de chocolate y azúcar glacé, que tenían muy buena pinta.

-Aquí los tienes, cada uno 25 Guiles.

Alice pagó, y cada uno cogió su desayuno. Una vez fuera, Naosuke le agradeció el gesto. Alice no esperó para dar el primer bocado, aunque Naosuke parecía tener un problema.

-Bien, no me había dado cuenta antes, pero resulta que hoy estás de suerte. - dijo, mientras Naosuke se dirigió a un callejón al cual el sol no llegaba. Alice cayó en la cuenta de que se vería obligado a apartar el pañuelo que ocultaba la mitad de su cara para poder comer.

por **Alice** Dom Oct 24, 2010 2:14 pm

-Bien, no me había dado cuenta antes, pero resulta que hoy estás de suerte..- dijo Naosuke, con el bollo en la mano y sin saber que hacer mientras Alice ya había acabado con la mitad del suyo. Sin poder evitarlo, lanzó una sonora carcajada y vió como el chico se dirigía a un callejón en el cual no entraba demasiada luz. Con una sonrisa más que satisfecha en la cara, casi de oreja a oreja después del suplicio que pasó anoche entró tras él en el callejón con la esperanza de poder cumplir su deseo de verle el rostro.

-Oh, vaya, ¿Cómo era?....ah si, "No tengas esperanzas de verme la cara".- Dijo con el tono más sarcástico que puedo, pero sin mala intención y añadió con tono divertido mientras se acababa su bollo.-Tranquilo, que seguro que he visto bichos más feos que tú.

Entonces, como una sombra deslumbrada por el sol, Naosuke desapareció tras su espalda, aún con el bollo en la mano, y empezó a subir las escaleras de emergencia de un edificio.
-Eh ¡vuelve aquí! Lo he dicho de coña. ¡Naosuke!.- Le siguió por las escaleras por lo que el ninja dejó de usar las escaleras y trepó por los barrotes, por lo que llegó mucho más rápido a la azotea. Alice, enfurruñada, subió las escaleras de cuatro en cuatro y cuando llegó a la azotea, Naosuke estaba de espaldas.

-Naosuke, esto es ridículo, no te va a fichar la policía ni nada por el estilo, sólo quiero verte la puta cara. Me jode muchísimo hablarle a un trapo.

El joven no se dió la vuelta ni mostró signos de escucharla, lo que cabreó aún más a Alice. Así, tomó impulso y corrió hacia él, con intención de quitarle la guadaña para no ser ensartada en ella cuando saltara sobre la espalda del ninja. Y, como buen ninja, se dió la vuelta en el instante preciso para agarrarla en un abrazo y evitar que cogiera la guadaña. Entonces la tiró al suelo con la fuerza justa para que fuera un golpe seco, pero que no le hiciera demasiado daño. La albhed exaló aire al dar con sus huesos en el suelo rojizo de la azotea.

-Kewashii Kama no se toca.

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Infiltrados por una noche.

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¿Y esto a qué viene?

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No insistas.

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Siempre hay alternativas.

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¿Y tenía que ocurrir justo aquí?

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"Yo también sé qué se siente cuando al perder a un ser querido."

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Pequeño saltamontes.

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Indiscreción.

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Cuidadín, cuidadín...

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Yo, ¿maestro?

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Bueno...

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Buenos días.

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