Sala del trono
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Final Paradise :: :: Lindblum :: Castillo de Lindblum
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Sala del trono
Una sala inmensa, decorada por casi toda su expansión de unos grandes ventanales de colores vivos que dan un aire de solemnidad y paz al ambiente. En el centro, al fondo, se encuentra el trono del gran duque Cid, soberano de Lindblum.
[WM]Equidna- Administrador
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Fecha de inscripción : 01/07/2008
Re: Sala del trono
El rol de Akaname viene de aquí
Un par de sirvientes del castillo guiaron a Akaname hasta unas enormes puertas de madera. Le hicieron detenerse allí y hablaron con claridad.
-Cuando estés ante el duque Cid, háblale con respeto. Es el soberano de nuestra ciudad, la más importante del continente, y, a la vez, nuestro castillo es el más grande jamás conocido. Por favor, muestra el respeto que se merece.
Una vez aclarado el detalle, los grandes portones se abrieron de par en par. Al fondo de la sala, estaba el duque sentado en su trono. Los sirvientes hicieron una reverencia y se quedaron en la entrada, esperando que Akaname avanzara por la gran alfombra que lo conducía hasta el dirigente de la ciudad.
Un par de sirvientes del castillo guiaron a Akaname hasta unas enormes puertas de madera. Le hicieron detenerse allí y hablaron con claridad.
-Cuando estés ante el duque Cid, háblale con respeto. Es el soberano de nuestra ciudad, la más importante del continente, y, a la vez, nuestro castillo es el más grande jamás conocido. Por favor, muestra el respeto que se merece.
Una vez aclarado el detalle, los grandes portones se abrieron de par en par. Al fondo de la sala, estaba el duque sentado en su trono. Los sirvientes hicieron una reverencia y se quedaron en la entrada, esperando que Akaname avanzara por la gran alfombra que lo conducía hasta el dirigente de la ciudad.
Npc- Señor del rol
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Fecha de inscripción : 11/10/2010
Re: Sala del trono
Tan pronto como Akaname y el guardia entraron por las puertas del castillo, dos sirvientes relevaron al provisional guía e indicaron al joven que les acompañara. Anduvieron por los amplios y majestuosos pasillos del monumental edificio; montones de cuadros poblaban las paredes de la instancia, y fueron pasando ante el cada vez mas impresionado genómido hasta que finalmente llegaron a la sala del trono.
No sin antes recordarle que no olvidara los modales, uno de los sirvientes del duque abrió las grandes puertas y ante Akaname se desplegó una enorme habitación en cuyo suelo se formaba un pasillo con una alfombra en cuyo final se encontraba el trono del duque. el muchacho comenzó a andar después de agradecer al servicio del castillo. No esperaba menos e alguien de la posición de aquel hombre, el camino hasta situarse delante del trono se le hizo incluso largo.
Una vez delante, Akaname se inclinó haciendo una reverencia como indicaba el protocolo.
-Saludos, su excelencia. Traigo un mensaje del nuevo Venerable de Spira -dijo mientras sacaba el sobre de su bolsillo y lo enseñaba al duque.
No sin antes recordarle que no olvidara los modales, uno de los sirvientes del duque abrió las grandes puertas y ante Akaname se desplegó una enorme habitación en cuyo suelo se formaba un pasillo con una alfombra en cuyo final se encontraba el trono del duque. el muchacho comenzó a andar después de agradecer al servicio del castillo. No esperaba menos e alguien de la posición de aquel hombre, el camino hasta situarse delante del trono se le hizo incluso largo.
Una vez delante, Akaname se inclinó haciendo una reverencia como indicaba el protocolo.
-Saludos, su excelencia. Traigo un mensaje del nuevo Venerable de Spira -dijo mientras sacaba el sobre de su bolsillo y lo enseñaba al duque.
Akaname- Genómido Mago Blanco
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Fecha de inscripción : 22/10/2010
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Re: Sala del trono
El día era caluroso y soleado. La gente parecía feliz con sus vidas, ya que las audiencias de ese día habían mermado en una curiosa cantidad. Estaba casi aburrido cuando le anunciaron la visita de alguien nuevo. Un niño. Un niño de Spira. Pensando qué podría ser, Cid se sentó algo más erguidamente en su trono. Las puertas, enormes, se abrieron al fondo de la sala, y por ella caminó un niño bastante guapo. El duque rió para sí cuando se imaginó a su querida hija viéndolo. Aún así, guardó la compostura y agradeció la carta que le entregaba el chaval.
-Por favor, ponte cómodo.
Le ofreció unos asientos que había a un lado con una sonrisa. Mientras el niño se acomodaba, sacó la carta del sobre y lo leyó con curiosidad. Su mirada se iluminó a medida que los ojos se movían, avanzando entre las letras.
-¡Oh! ¡Que grandiosa noticia!
Se levantó emocionado de su trono y mandó que le dieran comida a Akaname. Se sentó en una silla, a su lado, mientras unos sirvientes les traían agua y algunas frutas.
-Dime, chaval, ¿cómo te llamas?
-Por favor, ponte cómodo.
Le ofreció unos asientos que había a un lado con una sonrisa. Mientras el niño se acomodaba, sacó la carta del sobre y lo leyó con curiosidad. Su mirada se iluminó a medida que los ojos se movían, avanzando entre las letras.
-¡Oh! ¡Que grandiosa noticia!
Se levantó emocionado de su trono y mandó que le dieran comida a Akaname. Se sentó en una silla, a su lado, mientras unos sirvientes les traían agua y algunas frutas.
-Dime, chaval, ¿cómo te llamas?
Duque Cid- Personaje Especial
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Fecha de inscripción : 02/11/2010
Re: Sala del trono
El duque recogió la carta que Akaname le había puesto al alcance y seguidamente, extendiendo un brazo, ofreció asiento al muchacho. Este aceptó sin rechistar y se acomodó en la cómoda silla situada a un lado de la habitación. Permaneció en silencio mientras el Duque leía con creciente entusiasmo el mensaje que le había enviado Dysley.
-¡Oh! ¡Que grandiosa noticia! -Exclamó al terminar su "breve" lectura
tal fue la alegría que provocó en el hombre la noticia que se levantó de un brinco del trono. Después de proclamar a los cuatro vientos su opinión al respecto de la carta, el duque Cid se sentó al lado de Akaname y ordenó que trajeran fruta. Los sirvientes no tardaron apenas unos minutos en cumplir las órdenes. Cid se quedó mirando al muchacho fijamente y le preguntó por su nombre.
-Dime, chaval, ¿cómo te llamas?
-Akaname Ninaey, señor.
El muchacho desvió la mirada hacia las frutas que habian en la mesa, no quería parecer gorrón, pero realmente estaba hambriento tras el viaje, de manera que alcanzó una manzana y dió un pequeño mordisco.
-...No es un asunto de mi incumbencia, pero... el Venerable me comentó que usted presidiría un evento de carácter mundial, y debido a ello me envió para entregarle ese mensaje. ¿Seria muy osado preguntarle de que se trata?
-¡Oh! ¡Que grandiosa noticia! -Exclamó al terminar su "breve" lectura
tal fue la alegría que provocó en el hombre la noticia que se levantó de un brinco del trono. Después de proclamar a los cuatro vientos su opinión al respecto de la carta, el duque Cid se sentó al lado de Akaname y ordenó que trajeran fruta. Los sirvientes no tardaron apenas unos minutos en cumplir las órdenes. Cid se quedó mirando al muchacho fijamente y le preguntó por su nombre.
-Dime, chaval, ¿cómo te llamas?
-Akaname Ninaey, señor.
El muchacho desvió la mirada hacia las frutas que habian en la mesa, no quería parecer gorrón, pero realmente estaba hambriento tras el viaje, de manera que alcanzó una manzana y dió un pequeño mordisco.
-...No es un asunto de mi incumbencia, pero... el Venerable me comentó que usted presidiría un evento de carácter mundial, y debido a ello me envió para entregarle ese mensaje. ¿Seria muy osado preguntarle de que se trata?
Akaname- Genómido Mago Blanco
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Fecha de inscripción : 22/10/2010
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Re: Sala del trono
Cid miró gustoso al chico comer agradecido. Era bueno saber que a un niño como él le podía gustar tanto la fruta. Últimamente se veían pocos así. Abrió la boca cuando alguien les interrumpió. Se giró para ver de dónde provenían esos gritos, aunque ya se lo imaginaba, y se le iluminó la mirada sólo de adivinarlo.
Duque Cid- Personaje Especial
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Fecha de inscripción : 02/11/2010
Re: Sala del trono
Una niñita de pelo morado y un cuerno sobre su frente entró en la habitación armando cierto alboroto. Iba con un pijama de color amarillo y sobre su espalda se encontraban dos alitas de ángel de adorno. Se restregaba sus enormes ojos con sus manos, como si estuviese recién levantada de su cama y, a su lado, se encontraba un Moguri de dimensiones realmente pequeñas, y con el pompón de color amarillo. Ella aparentaba unos 8 años de edad.
-Papá... -dijo aún con voz apagada causada por estar recién despierta-. Tus guardias son unos brutos. Me querían peinar y yo puedo peinarme yo solita. Y Mogu piensa igual que yo, porque...
De pronto abrió los ojos de par en par al ver a Akaname. No estaba acostumbrada a las visitas, y mucho menos las de niños como ella, aunque él parecía mayor.
-¡Mira Mogu! ¡Un niño sin cuerno! -se acercó corriendo hacia él, ahora de forma más hiperactiva que antes. Era como si el sueño se le huviese desvanecido del cuerpo-. ¡Eh, tú! Niño de pinta misteriosa ¿No sabías que no presentarte frente a una dama es de mala educación?
Puso sus brazos en jarra y dió un par de pisadas en el suelo como de forma impaciente. Akaname parecía que iba a responder, pero ella siguió hablando.
-De todos modos no importa, porque con esa pinta de misterioso seguro que tu nombre también es misterioso -se quedó pensando lo que había dicho durante un par de segundos y después asintió con la cabeza ella sola-. ¿No crees, Mogu?
El pequeño Mogurito emitió un ruidito apenas distinguible, pero parecía que la niña lo entendía perfectamente. Después miró a Akaname de nuevo.
-¿Ves? Mogu piensa como yo.
-Papá... -dijo aún con voz apagada causada por estar recién despierta-. Tus guardias son unos brutos. Me querían peinar y yo puedo peinarme yo solita. Y Mogu piensa igual que yo, porque...
De pronto abrió los ojos de par en par al ver a Akaname. No estaba acostumbrada a las visitas, y mucho menos las de niños como ella, aunque él parecía mayor.
-¡Mira Mogu! ¡Un niño sin cuerno! -se acercó corriendo hacia él, ahora de forma más hiperactiva que antes. Era como si el sueño se le huviese desvanecido del cuerpo-. ¡Eh, tú! Niño de pinta misteriosa ¿No sabías que no presentarte frente a una dama es de mala educación?
Puso sus brazos en jarra y dió un par de pisadas en el suelo como de forma impaciente. Akaname parecía que iba a responder, pero ella siguió hablando.
-De todos modos no importa, porque con esa pinta de misterioso seguro que tu nombre también es misterioso -se quedó pensando lo que había dicho durante un par de segundos y después asintió con la cabeza ella sola-. ¿No crees, Mogu?
El pequeño Mogurito emitió un ruidito apenas distinguible, pero parecía que la niña lo entendía perfectamente. Después miró a Akaname de nuevo.
-¿Ves? Mogu piensa como yo.
Eiko- Personaje Especial
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Fecha de inscripción : 02/11/2010
Re: Sala del trono
Akaname siguió comiendo tranquilamente la dulce manzana que le había proporcionado el conde. Después de todo era mas generoso de lo que en un principio esperaba, aunque quien sabia si aquello solo se trataba de la mas mera formalidad, de un intento por dar una buena impresión cuando en realidad tras el se escondía alguien tan repugnante como podía llegar a ser otros nobles. El joven no obtuvo respuesta a la pregunta anteriormente formulada a Cid, mas fue por un fuerte alboroto proveniente de las puertas de la habitación lo que pareció distraer al conde.
Ante ellos apareció una niña pequeña acompañada de un diminuto moguri. Lo que mas llamó la atención a Akaname fue el cuerno que sobresalía de la frente de aquella niña. Nunca antes había visto a alguien que tuviera esa particularidad. La extraña niña no tardó en acercarse a Cid, a quien nombró como “Padre”… vaya, el muchacho nunca lo hubiese pensado…
-¡Mira Mogu! ¡Un niño sin cuerno! – Dijo mientras señalaba al sorprendido genómido - ¡Eh, tú! Niño de pinta misteriosa ¿No sabías que no presentarte frente a una dama es de mala educación?
-Esto… lo…
-De todos modos no importa, porque con esa pinta de misterioso seguro que tu nombre también es misterioso –lo interrumpió la niña, a lo que Akaname respondió con una leve sonrisa. -¿No crees, Mogu? –dijo dirigiéndose al pequeño moguri, quien le respondió con un sonido de aprobación.
-¿Ves? Mogu piensa como yo.
-Esto… -se llevó la mano a la nuca – Lo siento por no haberme presentado… aunque tampoco me has dado tiempo… Me llamo Akaname Ninaey, encantado. Y tu? –dijo dirigiéndole una amable sonrisa.
Ante ellos apareció una niña pequeña acompañada de un diminuto moguri. Lo que mas llamó la atención a Akaname fue el cuerno que sobresalía de la frente de aquella niña. Nunca antes había visto a alguien que tuviera esa particularidad. La extraña niña no tardó en acercarse a Cid, a quien nombró como “Padre”… vaya, el muchacho nunca lo hubiese pensado…
-¡Mira Mogu! ¡Un niño sin cuerno! – Dijo mientras señalaba al sorprendido genómido - ¡Eh, tú! Niño de pinta misteriosa ¿No sabías que no presentarte frente a una dama es de mala educación?
-Esto… lo…
-De todos modos no importa, porque con esa pinta de misterioso seguro que tu nombre también es misterioso –lo interrumpió la niña, a lo que Akaname respondió con una leve sonrisa. -¿No crees, Mogu? –dijo dirigiéndose al pequeño moguri, quien le respondió con un sonido de aprobación.
-¿Ves? Mogu piensa como yo.
-Esto… -se llevó la mano a la nuca – Lo siento por no haberme presentado… aunque tampoco me has dado tiempo… Me llamo Akaname Ninaey, encantado. Y tu? –dijo dirigiéndole una amable sonrisa.
Akaname- Genómido Mago Blanco
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Re: Sala del trono
Eiko levantó la barbilla, muy orgullosa de sí misma.
-Yo soy Eiko Carol, princesa Eiko para ti. Y ésta es Mogu.
Señaló a Mogu con la mano. Después, se giró hacia el Duque.
-¿Ahora es mi amigo? ¿Se queda? -se volvió de nuevo hacia Akaname-. ¿Te vas a quedar? ¿Te vas a quedar? No hablas mucho, me recuerdas a Vivi. Pero tú tienes la cara más... pálida. ¿Estás enfermo? Yo no. Pero tú sí lo pareces. Come, come, que está todo muy rico. Aunque la comida que yo cocino con Mogu está mejor, ¿verdad, Mogu? ¿Te vas a quedar?
Habló a una velocidad vertiginosa y, evidenemente, con la última pregunta se refería de nuevo a Akaname.
-Yo soy Eiko Carol, princesa Eiko para ti. Y ésta es Mogu.
Señaló a Mogu con la mano. Después, se giró hacia el Duque.
-¿Ahora es mi amigo? ¿Se queda? -se volvió de nuevo hacia Akaname-. ¿Te vas a quedar? ¿Te vas a quedar? No hablas mucho, me recuerdas a Vivi. Pero tú tienes la cara más... pálida. ¿Estás enfermo? Yo no. Pero tú sí lo pareces. Come, come, que está todo muy rico. Aunque la comida que yo cocino con Mogu está mejor, ¿verdad, Mogu? ¿Te vas a quedar?
Habló a una velocidad vertiginosa y, evidenemente, con la última pregunta se refería de nuevo a Akaname.
Eiko- Personaje Especial
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Fecha de inscripción : 02/11/2010
Re: Sala del trono
La excéntrica niña respondió a la pregunta de Akaname. Eiko, ese era su nombre, y señalando con la mano al pequeño moguri lo llamó "Mogu". Bueno, al menos ya podía dirigirse a ella por su nombre.
Tan pronto como la muchacha terminó de presentarse dirigió la mirada al duque y comenzó a hablar a una rapidez que el joven ni se esperaba.
-¿Te vas a quedar? ¿Te vas a quedar? No hablas mucho, me recuerdas a Vivi. Pero tú tienes la cara más... pálida. ¿Estás enfermo? Yo no. Pero tú sí lo pareces. Come, come, que está todo muy rico. Aunque la comida que yo cocino con Mogu está mejor, ¿verdad, Mogu? ¿Te vas a quedar?
Akaname no tuvo tiempo de responder a la gran mayoría de las preguntas con la que la niña le bombardeaba, así que se quedó mirándola hasta que terminó de hablar. al menos el muchacho comprendió la última pregunta... realmente no tenía planeado el quedarse, pero nada le impedía hacerlo. Después de todo, el viaje había sido largo y cansado, por tomarse unos días no iba a pasar nada.
-Bueno, supongo que puedo tomarme unos días de descanso... -dijo sonriendo.
Tan pronto como la muchacha terminó de presentarse dirigió la mirada al duque y comenzó a hablar a una rapidez que el joven ni se esperaba.
-¿Te vas a quedar? ¿Te vas a quedar? No hablas mucho, me recuerdas a Vivi. Pero tú tienes la cara más... pálida. ¿Estás enfermo? Yo no. Pero tú sí lo pareces. Come, come, que está todo muy rico. Aunque la comida que yo cocino con Mogu está mejor, ¿verdad, Mogu? ¿Te vas a quedar?
Akaname no tuvo tiempo de responder a la gran mayoría de las preguntas con la que la niña le bombardeaba, así que se quedó mirándola hasta que terminó de hablar. al menos el muchacho comprendió la última pregunta... realmente no tenía planeado el quedarse, pero nada le impedía hacerlo. Después de todo, el viaje había sido largo y cansado, por tomarse unos días no iba a pasar nada.
-Bueno, supongo que puedo tomarme unos días de descanso... -dijo sonriendo.
Akaname- Genómido Mago Blanco
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Re: Sala del trono
El Gran Duque Cid se puso en pie y dio un par de palmadas. Un par de guardias aparecieron al momento, y Cid alzó la voz.
-¡Preparad una alcoba para este niño! Es un invitado especial para nosotros.
-Si, Gran Duque.
El señor de aquel castillo se sentó de nuevo y sorbió un caldo de su plato que olía bastante bien. Luego le dirigió la mirada al joven genómido, mientras Eiko también se sentaba en la mesa.
-Es un placer para nosotros recibiros aquí, Akaname. Habréis tenido un viaje ajetreado. Seguid comiendo, por favor.
-¡Preparad una alcoba para este niño! Es un invitado especial para nosotros.
-Si, Gran Duque.
El señor de aquel castillo se sentó de nuevo y sorbió un caldo de su plato que olía bastante bien. Luego le dirigió la mirada al joven genómido, mientras Eiko también se sentaba en la mesa.
-Es un placer para nosotros recibiros aquí, Akaname. Habréis tenido un viaje ajetreado. Seguid comiendo, por favor.
Duque Cid- Personaje Especial
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