Cafetería del hostal

por **[WM]Alastor** Miér Ago 13, 2008 8:38 pm

Aunque algo pequeña, la cafetería del hostal de Kalm se caracteriza por sus buenos cafés y su animada clientela.

Lista de producctos

Refresco --> 6 guiles.
Batido --> 8 guiles.
Café --> 7 guiles.
Tostadas --> 9 guiles.
Bocadillo --> 10 guiles.
Sandwich --> 9 guiles.
Pastelitos variados --> 13 guiles.
Croassants --> 12 guiles.
Patatas fritas --> 11 guiles.
Frutos secos --> 5 guiles.
Bebidas alcohólicas --> 17 guiles.

por **Kirian** Lun Oct 11, 2010 9:47 pm

Y ahí estaba el joven, sentado en una silla mientras apoyaba los pies en una mesa, algo que siempre había querido hacer pero que se le negaba, pues según su formación era un acto que derrochaba mala educación... Pero claro, ya era libre de hacer lo que quisiera, así que aprovechaba a todo momento para adoptar esa plácida postura. Repasó de nuevo el hostal con la mirada. No había mucha gente, lo cual era extraño, pues a aquella hora del dia normalmente el local se encontraba abarrotado, aunque el moreno no se quejaba por ello, disfrutaba de aquella tranquilidad, le ayudaba a pensar mejor.

Bostezó. Esta era la libertad que tanto tiempo había querido disfrutar, poder pasarse los dias en la calle, ya fuese viviendo aventuras, corriendo peligros, acechando a tanto a bandidos como a mujeres... y ahora resultaba que esa misma libertad ahora le agobiaba, le sobraba y no sabía que hacer con ella. Y para colmo, se le acababa el dinero... Si, llevaba ya varios dias vagueando, había poco trabajo ultimamente en los alrededores, ya ni recordaba como llegó a ese pueblo ni para qué, la cosa es que, sin ningun lugar al que ir y con todo el tiempo del mundo, pensó en que si tenía que holgazanear un poco y pensar en su futuro, sería aquel pueblo.

Ahora se moría de ganas por algo de acción, ya no le bastaba el practicar durante las noches contra los enemigos imaginarios, o incluso golpeando los árboles de un bosque en la oscuridad de la noche. No, necesitaba una pelea de verdad, sentir la adrenalina del combate en el cual, el mas mínimo fallo, puede resultar fatal.

Y así se encontraba, sumido en aquellos pensamientos, cuando de repente un ruido le sacó de su ensimismamiento. Alguien había entrado a la recepción del hostal, pero no hablaba, gritaba, y lo hacía atropelladamente, como si le faltase el aire:

- Aaah... Uff, necesito que alguien me acompañe a toda prisa... no hay tiempo para explicar... Ahh... -La voz se interrumpió, parecía que el hombre se había ido, pero al rato se reanudo la conversacion.- Aqui se suelen alojar personas fuertes, ¿no? Mas de una vez he visto gente con pinta de mercenarios o de soldados... ¡o incluso leñadores o mineros!

El hombre volvió a interrumpirse, momento en el cual el recepcionista aprovechó para hablar:

- Comprendame, no puedo molestar a los clientes que se alojan aquí. Pagan para relajarse y tener un rato de tranquilidad...

- ¡¿Pero es que no me entiende?! ¡¡Es urgente!!

Kirian, movido por la curiosidad, decidió escuchar la conversacion de primera mano, en lugar de escuchar a escondidas. Se levantó a la vez que estiraba los musculos, recogía el fardo que descansaba recostado contra una silla y se lo acomodó a la espalda. En cuanto salió a recepción, un hombre de mediana edad, que lucía un rostro rojo, quizás porque no conseguía que se le hiciese caso o porque hubiese corrido durante un buen trecho, fijó su mirada en el joven, inspeccionandolo. Por su expresión, seguro que le pareció que era un crio, aunque se detuvo al ver el fardo que sobresalia a su espalda, tratando de adivinar de qué se trataba. Luego se volvió al recepcionista de nuevo, como si no hubiese pasado nada.

- Verás, no me entiendes... Hay una especie de animal, un monstruo, que ha asustado a mis chocobos, tengo miedo de que resulten heridos o algo peor, y necesito de alguien que sea capaz de matar a aquella cosa, ¡o al menos asustarla!

Antes de que el pobre recepcionista se viese forzado a repetir sus palabras anteriores, Kirian se adelantó:

- Indicame el lugar donde estan tus animales, ¿o prefieres seguir discutiendo con este pobre hombre mientras tus chocobos "discuten" con tu monstruito?

El desconocido volvió a inspeccionar al moreno, como decidiendo si sería capaz de distraer el tiempo suficiente al monstruo mientras se encargaba de buscar a alguien que pudiese ayudarle de verdad. Sin pensarselo una tercera vez, indicó en breves palabras donde se encontraba su granja.

"Sí, recuerdo haberla visto alguna vez mientras paseaba por el lugar"

Sin decir palabra, el joven salió disparado hacia el destino, donde al fin, si aquel hombre no exageraba, podria disfrutar de una pelea de verdad. El cuerpo le hormigueó de impaciencia.

El Rol sigue aquí...

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