Interrogatorios a luz de flexo
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Interrogatorios a luz de flexo
por Alice Miér Nov 10, 2010 11:14 pm
<---Pasajes anteriores
Las calles comerciales gozaban del bullicio de costumbre, aunque parecía que una gran parte de la masa habitual había decidido quedarse en casa. Naosuke caminaba a su lado con paso sereno y mirada concentrada en una dimensión mucho más lejana a ésta.
Avanzaron un gran techo en silencio, pues la albhed no quiso interrumpir los pensamientos del chico y cuando por fin se dignó a hablar, ya habían recorrido unos cuántos kilómetros hacia el centro de la ciudad de Deling.
El objetivo es Miyamoto Musashi y como ya te he explicado, fue un gran samurái y rivalizó con sensei básicamente, desde siempre. A pesar de ello parecían muy cercanos. Si conozco de alguien que pueda saber algo, es él.
-Entiendo.-asintió Alice.-Entonces no supondrá un gran problema hablar con él
-En realidad...no debería.-murmuró para sí.
Avistaron el gran gimnasio situado entre un par de tiendas de comestibles y se acercaron hasta quedar a unos metros de la puerta, frente al escaparate de otra tienda de ropa.
-Bien, aquí estamos. ¿Algún plan?
-Nada brillante. Entramos, preguntamos por él y le pregunto lo que necesito saber.
-Parece fácil.
Ambos entraron en el gimnasio, un gran espacio con algunas colchonetas colocadas al fondo de la estancia, sobre el parqué de caoba. Dos hombres se enzarzaban en un duro entrenamiento en la parte central, proyectando multitud de sombras en los muros inmaculados conforme se retorcían y desplazaban el uno al otro. Al mirar a la derecha, encajonado en un rincón había un mostrador también de madera caoba con unos pequeños tronquitos de bambú en jarrores que lo decoraban. Un hombre de rasgos orientales estaba sentado detrás de él, mirando atentamente a los contrincantes que luchaban.
Cuando se percató que la entrada de los dos jóvenes los miró y la cara se le descompuso por completo, bajo rápidamente de su asiento y comenzó a gritar en japonés con una voz estridente, mirando a Naosuke. Se acercó a él y le hizo señales para que saliera del gimnasio. Lo empujó atropelladamente al ver que Naosuke permanecía impasible y sin ganas de moverse de donde estaba, pero finalmente, accedió a salir del establecimiento. Le envió una mirada elocuente y Alice suspiró.
El recepcionista volvió sobre sus pasos y miró a la albhed con desdén.
"Bien Alice, ¿Qué tal llevas tu japonés? hace tiempo que no lo usas..."- pensó para sí.
No ninjas. No trato con ninjas. No pode ayudala. Fuera.-dijo con un fortísimo acento.
-我々は見ているなぜならそうするために氏....Miya 。..moto が Museshi をしますか？(Estamos buscando al señor...Miya...moto ¿Museshi?).-Dijo con voz suave para tranquilizar al hombre. Se prometió volver a refrescar el idioma, ya que le costó horrores aprenderlo de lo extraño que le parecía, desde el punto de vista de una albhed. Es lo que tiene el japonés.
No No aquí. Fuera.-respondió. La estridente voz empezó a agotar la poca paciencia de la que disponía Alice, quien miraba continuamente hacia afuera, a Naosuke, como esperando a que hiciese algo. El hombre procedió a hacer lo mismo con ella,al igual que había echo con el ninja, empujándola ara que saliera.
Si hay algo en este mundo que odiaba, era que la obligaran a moverse de aquella forma.
Se dio la vuelta y cogió al hombre del cuello de su traje de aprendiz, el cual ya no se le antojó tan alto, y lo sacudió como a un felpudo.
-A ver si entiendes esto, o me dices dónde está Miyamoto y te dejas de estupideces, o me lo dirá tu lengua fuera de esa boca de urraca.
Las calles comerciales gozaban del bullicio de costumbre, aunque parecía que una gran parte de la masa habitual había decidido quedarse en casa. Naosuke caminaba a su lado con paso sereno y mirada concentrada en una dimensión mucho más lejana a ésta.
Avanzaron un gran techo en silencio, pues la albhed no quiso interrumpir los pensamientos del chico y cuando por fin se dignó a hablar, ya habían recorrido unos cuántos kilómetros hacia el centro de la ciudad de Deling.
El objetivo es Miyamoto Musashi y como ya te he explicado, fue un gran samurái y rivalizó con sensei básicamente, desde siempre. A pesar de ello parecían muy cercanos. Si conozco de alguien que pueda saber algo, es él.
-Entiendo.-asintió Alice.-Entonces no supondrá un gran problema hablar con él
-En realidad...no debería.-murmuró para sí.
Avistaron el gran gimnasio situado entre un par de tiendas de comestibles y se acercaron hasta quedar a unos metros de la puerta, frente al escaparate de otra tienda de ropa.
-Bien, aquí estamos. ¿Algún plan?
-Nada brillante. Entramos, preguntamos por él y le pregunto lo que necesito saber.
-Parece fácil.
Ambos entraron en el gimnasio, un gran espacio con algunas colchonetas colocadas al fondo de la estancia, sobre el parqué de caoba. Dos hombres se enzarzaban en un duro entrenamiento en la parte central, proyectando multitud de sombras en los muros inmaculados conforme se retorcían y desplazaban el uno al otro. Al mirar a la derecha, encajonado en un rincón había un mostrador también de madera caoba con unos pequeños tronquitos de bambú en jarrores que lo decoraban. Un hombre de rasgos orientales estaba sentado detrás de él, mirando atentamente a los contrincantes que luchaban.
Cuando se percató que la entrada de los dos jóvenes los miró y la cara se le descompuso por completo, bajo rápidamente de su asiento y comenzó a gritar en japonés con una voz estridente, mirando a Naosuke. Se acercó a él y le hizo señales para que saliera del gimnasio. Lo empujó atropelladamente al ver que Naosuke permanecía impasible y sin ganas de moverse de donde estaba, pero finalmente, accedió a salir del establecimiento. Le envió una mirada elocuente y Alice suspiró.
El recepcionista volvió sobre sus pasos y miró a la albhed con desdén.
"Bien Alice, ¿Qué tal llevas tu japonés? hace tiempo que no lo usas..."- pensó para sí.
No ninjas. No trato con ninjas. No pode ayudala. Fuera.-dijo con un fortísimo acento.
-我々は見ているなぜならそうするために氏....Miya 。..moto が Museshi をしますか？(Estamos buscando al señor...Miya...moto ¿Museshi?).-Dijo con voz suave para tranquilizar al hombre. Se prometió volver a refrescar el idioma, ya que le costó horrores aprenderlo de lo extraño que le parecía, desde el punto de vista de una albhed. Es lo que tiene el japonés.
No No aquí. Fuera.-respondió. La estridente voz empezó a agotar la poca paciencia de la que disponía Alice, quien miraba continuamente hacia afuera, a Naosuke, como esperando a que hiciese algo. El hombre procedió a hacer lo mismo con ella,al igual que había echo con el ninja, empujándola ara que saliera.
Si hay algo en este mundo que odiaba, era que la obligaran a moverse de aquella forma.
Se dio la vuelta y cogió al hombre del cuello de su traje de aprendiz, el cual ya no se le antojó tan alto, y lo sacudió como a un felpudo.
-A ver si entiendes esto, o me dices dónde está Miyamoto y te dejas de estupideces, o me lo dirá tu lengua fuera de esa boca de urraca.
Alice- Albhed Pícaro
- VIT : 300
PM : 100
AF : 15
AM : 10
DF : 29
DM : 20
E : 15
R : 15
S : 5
Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 16/10/2010
Ficha de personaje
Nivel: 1
Experiencia:
(0/100)
Límite: (0/20)
Re: Interrogatorios a luz de flexo
por Naosuke Jue Nov 11, 2010 9:24 pm
-A ver si entiendes esto, o me dices dónde está Miyamoto y te dejas de estupideces, o me lo dirá tu lengua fuera de esa boca de urraca.
Naosuke, constante observador de la situación, no tuvo otra salida que intervenir. La situación se le había escapado de las manos a Alice:
-¿Qué estás haciendo? Déjalo. Si no nos deja pasar, no nos deja pasar. No será necesaria la fuerza.
Alice soltó al susodicho japonés, manteniendo clavada una mirada llena de odio en sus ojos. Salieron por la puerta, y dieron la vuelta al callejón de atrás del gimnasio.
-Lo último que queremos hacer es iniciar una persecución contra nosotros. Contrólate y vamos a hacer las cosas con calma. - Alice suspiró y bajó la mirada - Simplemente esperaremos a que salga, y ahí le hacemos la encerrona. Algún día tendrá que cerrar el gimnasio, ¿no?
-¿Y mientras qué? Aún es muy temprano como para que se ponga a cerrar.
-De hecho, no creo que cierre a mediodía. Tenemos todo un día libre. - Alice sonrió, consciente de lo que Naosuke le ofrecería a continuación - Podemos ir empezando el entrenamiento teórico. No todo es práctica en Ninjutsu, ¿sabes?
Así, Alice conocería el ámbito ético del Ninjutsu, así como la simbología de manos conocida como Kuji-kiri.
Naosuke, constante observador de la situación, no tuvo otra salida que intervenir. La situación se le había escapado de las manos a Alice:
-¿Qué estás haciendo? Déjalo. Si no nos deja pasar, no nos deja pasar. No será necesaria la fuerza.
Alice soltó al susodicho japonés, manteniendo clavada una mirada llena de odio en sus ojos. Salieron por la puerta, y dieron la vuelta al callejón de atrás del gimnasio.
-Lo último que queremos hacer es iniciar una persecución contra nosotros. Contrólate y vamos a hacer las cosas con calma. - Alice suspiró y bajó la mirada - Simplemente esperaremos a que salga, y ahí le hacemos la encerrona. Algún día tendrá que cerrar el gimnasio, ¿no?
-¿Y mientras qué? Aún es muy temprano como para que se ponga a cerrar.
-De hecho, no creo que cierre a mediodía. Tenemos todo un día libre. - Alice sonrió, consciente de lo que Naosuke le ofrecería a continuación - Podemos ir empezando el entrenamiento teórico. No todo es práctica en Ninjutsu, ¿sabes?
Así, Alice conocería el ámbito ético del Ninjutsu, así como la simbología de manos conocida como Kuji-kiri.
Naosuke- Humano Pícaro
- VIT : 250
PM : 150
AF : 20
AM : 10
DF : 24
DM : 15
E : 15
R : 20
S : 5
Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 17/10/2010
Edad : 41
Localización : Antiguo Brendel.
Ficha de personaje
Nivel: 1
Experiencia: (0/100)
Límite: (0/20)
Como un niño con un caramelo...
por Alice Jue Nov 25, 2010 9:13 pm
Comenzaron a andar los dos hacia un gran parque público donde se disponían a comenzar el entrenamiento y a medida que avanzaban, se daban cuenta del revuelo que se iba formando.
-Vaya, parece que han organizado algo por aquí-intuyó Alice y preguntó entonces a Naosuke-¿Sabes algo?
Negó con la cabeza y le dirigió una mirada elocuente. Justo en ese momento, una niña apareció de detrás de ellos. Tiraba del abrigo de su padre y le decía con la carita preocupada:
-Papá papá, van a cerrar la tienda y no voy a poder conseguir mi disfraz...-A la vez que tiraba del padre, agitaba con la mano libre un folleto que parecía anunciar una celebración. Se le cayó de las manos al ver que su tienda estaba abierta y Naosuke se adelantó a Alice, recogiéndolo del suelo. Éste se lo dio a la albhed.
-Es un gran desfile. Creo que comienza esta tarde.-A Alice se le iluminó la cara. Miró el colorido folleto para enterarse bien de la información y pensó que hacía eones que no iba a un desfile tras lo que recordó haber escuchado lo bonito que era en concreto el de Deling. Habría visitado el del año pasado con Andrómeda de no ser porque...desapareció, sin más. La joven aún se pregunta dónde estará.
-No me digas que quieres ir...-dijo en tono jocoso Naosuke.
-Por favor, sabes que no te haría pasar por ése trago, señor Iceman.- Respondió ella-digamos que me quedé con las ganas de ver el desfile del año pasado, incluso tenía un disfraz que no llegué a recoger.
-[b]Supongo que hay tiempo para el ninjutsu...¿Te gustaría ir a por ése disfraz?-.Le dijo el ninja. Imaginó que tras el pañuelo, había una sonrisa y le animó sobremanera, casi sintió un destello de infantilidad y no puedo reprimir una sonrisa y un (ligeramente agudo):
-Si. La tienda estaba aquí mismo en Deling, espero que siga abierta. Si no recuerdo mal, debe de estar por una de aquellas calles, pasado el puente.
Naosuke asintió complacido y se dirigieron a la tienda de disfraces. Alice no podía dejar de sonreír y pensar que tal vez Iceman esté derritiendo la muralla de hielo. Pensó que por una parte era mejor, ya que no era bueno que la gente se encerrase en sí misma en un búnker de bronce. Se dió cuenta que para lo dura que parecía ser, en el fondo era mucho más jovial de lo que creía. Tal vez sólo era así si Naosuke estaba alrededor.
-Vaya, parece que han organizado algo por aquí-intuyó Alice y preguntó entonces a Naosuke-¿Sabes algo?
Negó con la cabeza y le dirigió una mirada elocuente. Justo en ese momento, una niña apareció de detrás de ellos. Tiraba del abrigo de su padre y le decía con la carita preocupada:
-Papá papá, van a cerrar la tienda y no voy a poder conseguir mi disfraz...-A la vez que tiraba del padre, agitaba con la mano libre un folleto que parecía anunciar una celebración. Se le cayó de las manos al ver que su tienda estaba abierta y Naosuke se adelantó a Alice, recogiéndolo del suelo. Éste se lo dio a la albhed.
-Es un gran desfile. Creo que comienza esta tarde.-A Alice se le iluminó la cara. Miró el colorido folleto para enterarse bien de la información y pensó que hacía eones que no iba a un desfile tras lo que recordó haber escuchado lo bonito que era en concreto el de Deling. Habría visitado el del año pasado con Andrómeda de no ser porque...desapareció, sin más. La joven aún se pregunta dónde estará.
-No me digas que quieres ir...-dijo en tono jocoso Naosuke.
-Por favor, sabes que no te haría pasar por ése trago, señor Iceman.- Respondió ella-digamos que me quedé con las ganas de ver el desfile del año pasado, incluso tenía un disfraz que no llegué a recoger.
-[b]Supongo que hay tiempo para el ninjutsu...¿Te gustaría ir a por ése disfraz?-.Le dijo el ninja. Imaginó que tras el pañuelo, había una sonrisa y le animó sobremanera, casi sintió un destello de infantilidad y no puedo reprimir una sonrisa y un (ligeramente agudo):
-Si. La tienda estaba aquí mismo en Deling, espero que siga abierta. Si no recuerdo mal, debe de estar por una de aquellas calles, pasado el puente.
Naosuke asintió complacido y se dirigieron a la tienda de disfraces. Alice no podía dejar de sonreír y pensar que tal vez Iceman esté derritiendo la muralla de hielo. Pensó que por una parte era mejor, ya que no era bueno que la gente se encerrase en sí misma en un búnker de bronce. Se dió cuenta que para lo dura que parecía ser, en el fondo era mucho más jovial de lo que creía. Tal vez sólo era así si Naosuke estaba alrededor.
Última edición por Alice el Jue Nov 25, 2010 9:52 pm, editado 1 vez
Alice- Albhed Pícaro
- VIT : 300
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Fecha de inscripción : 16/10/2010
Ficha de personaje
Nivel: 1
Experiencia: (0/100)
Límite: (0/20)
Mujer precavida, todo lo guarda.
por Naosuke Jue Nov 25, 2010 9:50 pm
Y así fue, pasando el puente se toparon con el colorido cartel de la tienda de disfraces al que los años habían pasado factura. Alice parecía bastante animada al entrar a la tienda, y a pesar de la cola que esperaba la atención de la ya envejecida dependienta, Alice se apresuró a llegar la primera, colándose entre la gente como si fuese algo normal. Aún con las fuertes quejas de la gente, ella siguió su paso como si nada, y finalmente, llegó.
-Aún no he recogido el disfraz que encargué el año pasado, ¿por casualidad sigues teniéndolo por ahí?
-¡Oh, sí! - exclamó la dependienta, sorprendida a la vez que un tanto emocionada - El famoso caso del disfraz olvidado. Voy a por él, lo guardé en un altillo, por si acaso se te ocurría pasarte por aquí. Es una pequeña obra de arte, no fui capaz de venderlo como cualquier otro disfraz. Fue un gran esfuerzo... - rió pícaramente - ¡y con pago por adelantado!
La señora tardó en regresar con el disfraz, y una vez estuvo en manos de Alice, fue corriendo al probador y, al ver lo bien que le sentaba, no se lo volvería a quitar. Era un disfraz extraño, que consistía de una malla azul ajustada al cuerpo con cortes artísticos decorativos y unas pequeñas alas que le daban el toque imaginativo que necesitaba. Era un tanto insinuante, por el tema de que la malla se adhería a su cuerpo completamente, pero el resultado era perfecto para Alice.
Naosuke, que esperaba fuera, se sorprendió de la rapidez con la que Alice salió de la tienda. Con una sonrisa de oreja a oreja, lo que llevaba en la bolsa no era el disfraz, sino la ropa que llevaba antes.
-Vaya, te sienta de maravilla. No esperaba un disfraz tan elaborado. - dijo Naosuke, sin poder evitar fijarse en los estilizados rasgos de la joven. Suerte que llevaba su pañuelo aún puesto. La joven dió una vuelta sobre sí misma y agradeció el cumplido, aunque ya sabía que la elección había sido más que solamente acertada. - Bueno, ¿y ahora qué hay que celebrar?
-Aún no he recogido el disfraz que encargué el año pasado, ¿por casualidad sigues teniéndolo por ahí?
-¡Oh, sí! - exclamó la dependienta, sorprendida a la vez que un tanto emocionada - El famoso caso del disfraz olvidado. Voy a por él, lo guardé en un altillo, por si acaso se te ocurría pasarte por aquí. Es una pequeña obra de arte, no fui capaz de venderlo como cualquier otro disfraz. Fue un gran esfuerzo... - rió pícaramente - ¡y con pago por adelantado!
La señora tardó en regresar con el disfraz, y una vez estuvo en manos de Alice, fue corriendo al probador y, al ver lo bien que le sentaba, no se lo volvería a quitar. Era un disfraz extraño, que consistía de una malla azul ajustada al cuerpo con cortes artísticos decorativos y unas pequeñas alas que le daban el toque imaginativo que necesitaba. Era un tanto insinuante, por el tema de que la malla se adhería a su cuerpo completamente, pero el resultado era perfecto para Alice.
- Alice disfrazada:
Naosuke, que esperaba fuera, se sorprendió de la rapidez con la que Alice salió de la tienda. Con una sonrisa de oreja a oreja, lo que llevaba en la bolsa no era el disfraz, sino la ropa que llevaba antes.
-Vaya, te sienta de maravilla. No esperaba un disfraz tan elaborado. - dijo Naosuke, sin poder evitar fijarse en los estilizados rasgos de la joven. Suerte que llevaba su pañuelo aún puesto. La joven dió una vuelta sobre sí misma y agradeció el cumplido, aunque ya sabía que la elección había sido más que solamente acertada. - Bueno, ¿y ahora qué hay que celebrar?
Naosuke- Humano Pícaro
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